Reducción de la Mano de Obra Haitiana: El Sector de la Construcción Dominicano Bajo Presión

La República Dominicana atraviesa un reto significativo en su sector de la construcción debido a la disminución de la mano de obra haitiana, consecuencia de una ola de repatriaciones masivas de haitianos en situación irregular.
Este fenómeno ha puesto en evidencia una dependencia histórica de los trabajadores migrantes, especialmente de Haití, en un sector clave para el desarrollo económico del país.Recientemente, durante la presentación del proyecto «Building RD», el presidente Luis Abinader expuso su plan para nacionalizar los empleos dentro del sector de la construcción, priorizando a los ciudadanos dominicanos en detrimento de la mano de obra extranjera.
Abinader subrayó que la iniciativa tiene como objetivo reducir la dependencia del sector hacia la mano de obra haitiana, destacando la necesidad de formalizar los empleos en el ámbito de la construcción y asegurar una mayor integración de los dominicanos en estos trabajos.
El presidente destacó que «la soberanía nacional está por encima de todo, y debo proteger este país, especialmente al estar junto a una nación que atraviesa una crisis sociopolítica grave», en clara referencia a la situación en Haití.
Esta declaración refleja su intención de reforzar los controles migratorios y de atender las críticas en torno a la contratación irregular de migrantes en sectores clave como la construcción.
No obstante, la reducción de la mano de obra haitiana implica serios desafíos para la economía dominicana. Los empresarios del sector de la construcción han manifestado su preocupación por el impacto en los costos de producción y los tiempos de ejecución, debido a la escasez de trabajadores calificados.
A pesar de los esfuerzos por parte del gobierno de formalizar el empleo y promover la integración de los dominicanos en el sector, persiste el reto de capacitar a una cantidad suficiente de trabajadores para cubrir la creciente demanda.
La escasez de mano de obra haitiana no solo afecta a los empleadores, sino que también pone a prueba la capacidad del gobierno dominicano para generar un cambio estructural en el sector de la construcción. El desafío radica en equilibrar la necesidad de proteger la soberanía nacional con la obligación de garantizar el desarrollo económico del país, que depende en gran medida de la infraestructura y el sector de la construcción.
La implementación exitosa de «Building RD» dependerá de la capacidad del gobierno para enfrentar estos retos de manera efectiva, mientras sigue fomentando un entorno de estabilidad social y laboral para los trabajadores dominicanos.
La cuestión de la mano de obra extranjera, particularmente haitiana, sigue siendo uno de los temas más complejos en la relación entre ambos países, y su manejo adecuado será determinante para el futuro económico de la República Dominicana.